Fecha de publicación: 26 Agosto 2013
A. Martín-Algíbez
Servicio de Medicina de Aparato Digestivo. Hospital Universitario 12 de Octubre. Madrid.
I. Fernández-Vázquez
Con el desarrollo tecnológico, la introducción de las imágenes armónicas y la aplicación de los contrastes, la ecografía abdominal se ha convertido en una exploración de elevado valor diagnóstico en el estudio de las masas pancreáticas. Ante una lesión pancreática el reto diagnóstico es identificar las características de benignidad o malignidad de la misma. En concreto, el problema más habitual con el que nos enfrentamos en la práctica clínica es el diagnóstico diferencial entre la pancreatitis crónica que cursa como masa y el adenocarcinoma ductal. Además, el aumento progresivo de la utilización de pruebas de imagen hace que cada vez se detecten con más frecuencia lesiones focales pancreáticas de forma incidental. La mayoría son benignas, pero algunas de ellas tienen un potencial maligno importante por lo que es fundamental establecer un correcto diagnóstico para indicar, si es preciso, la resección de la lesión. La ecografía con contraste aumenta la precisión diagnóstica de la ecografía convencional: los procesos inflamatorios y los tumores neuroendocrinos captan contraste en fase arterial y el adenocarcinoma ductal no. Basándose en este criterio, la ecografía con contraste obtiene unas cifras de sensibilidad y especificidad muy elevadas en el diagnóstico del adenocarcinoma. Algo similar sucede en las lesiones quísticas, donde el estudio con contraste permite identificar a los pseudoquistes, que constituyen la lesión quística pancreática más frecuente, ya que no captan contraste, mientras que las neoplasias quísticas presentan captación en la cápsula y en los tabiques.
Palabras clave: ecografía, ecografía con contraste, adenocarcinoma pancreático, pancreatitis, lesiones quísticas pancreáticas.
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