Self URI: This article is available from https://www.sapd.es/revista/2020/43/6/04
Fecha de recepción: 29 Agosto 2020
Fecha de aceptación: 04 Octubre 2020
Fecha de publicación: 31 Diciembre 2020
MM Díaz Alcázar
Hospital Universitario Clínico San Cecilio. Granada.
A García Robles
A Martín-Lagos Maldonado
Se presenta el caso de una paciente de 56 años que consulta por hematemesis y rectorragia. Tras estabilización hemodinámica se realiza endoscopia digestiva alta, en la que se observa lo que parece un divertículo duodenal con sangrado activo en la tercera porción duodenal, sin posibilidad de tratamiento endoscópico. Se realiza angiotomografía computarizada abdominal, objetivando una imagen de unos 15 mm compatible con formación diverticular que depende del borde superior de la tercera porción duodenal. Se identifica pequeña rama posterior de la arteria mesentérica superior en proximidad al divertículo, que se emboliza. A pesar del tratamiento persisten melenas y anemización, por lo que se decide realización de laparotomía con diverticulectomía.
La prevalencia de los divertículos duodenales se encuentra entre el 0,6 - 22%. La etiología de los divertículos adquiridos no es bien conocida, aunque se cree que la mucosa se hernia en zonas de debilidad de la pared. En la mayoría de los casos son incidentalomas, y solo en el 1 - 5% se producen síntomas. La hemorragia por divertículos duodenales es rara, y suele ocasionarse en la tercera y cuarta porción duodenal. Se debe considerar el sangrado de divertículos duodenales en hemorragias del tracto digestivo alto de origen no identificado. El tratamiento puede ser endoscópico, quirúrgico o embolización transarterial, aunque no hay consenso sobre la estrategia óptima.
Palabras clave: hemorragia digestiva alta, divertículo duodenal.
We present the case of a 56-year-old patient who consults for hematemesis and rectorrhagia. After hemodynamic stabilization, upper gastrointestinal endoscopy is performed, in which we observe what looks like a duodenal diverticulum with active bleeding in the third duodenal portion, without the possibility of endoscopic treatment. Abdominal computerized tomography angiography is performed, finding an image of about 15 mm congruent with a diverticular formation that depends on the upper edge of the third duodenal portion. A small posterior branch of the superior mesenteric artery is identified near the diverticulum, which is embolized. Despite the treatment, melena and anemization persist, so laparotomy with diverticulectomy is performed.
The prevalence of duodenal diverticula is between 0.6 - 22%. The etiology of the acquired diverticula is not well known, although it is believed that the mucosa herniates through areas of weakness in the wall. They are usually incidental findings, and symptoms only occur in 1 - 5%. Bleeding from duodenal diverticula is rare, and is usually located in the third and fourth duodenal portions. Bleeding from duodenal diverticula should be considered when the origin of upper gastrointestinal bleeding is not identified. Treatment may be endoscopic, surgical, or transarterial embolization, although there is no consensus on the optimal strategy.
Keywords: upper gastrointestinal bleeding, duodenal diverticulum.
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