Self URI: This article is available from https://www.sapd.es/revista/2022/45/4/02
Fecha de recepción: 09 Junio 2022
Fecha de aceptación: 27 Julio 2022
Fecha de publicación: 26 Agosto 2022
JM Pinazo-Bandera
Hospital Universitario Virgen de la Victoria. Málaga.
JP Toro Ortiz
F Fernández García
La infección por el virus de la hepatitis E ocasiona una importante morbimortalidad en pacientes de riesgo. Supone la hepatitis aguda más frecuente en algunos países, con una incidencia en aumento; sobre todo, en varios puntos geográficos de Europa. Los genotipos 1-2 suelen cursar en forma de hepatitis agudas epidémicas o endémicas relacionadas con grandes catástrofes y casos de hepatitis fulminante en gestantes. Los genotipos 3-4 son responsables de hepatitis aguda esporádicas y tienen riesgo de cronificar en pacientes inmunodeprimidos. La mayoría de las veces cursan de forma asintomática, existiendo riesgo de hepatitis aguda grave en embarazadas, fallo agudo sobre crónico en pacientes con hepatopatía basal y cronicidad en pacientes inmunodeprimidos. El VHE se caracteriza por una serie de manifestaciones extrahepáticas entre las que destacan las neurológicas (amiotrofia neurálgica bilateral y síndrome de Guillain Barré) y las renales. El diagnóstico se basa en técnicas moleculares en sangre o en heces. Una persistencia de la viremia de al menos 3 meses define la infección como crónica. La mayoría de los casos de hepatitis aguda E no requieren tratamiento específico, si bien es cierto que en casos de hepatitis aguda grave o hepatitis crónica se opta por tratamiento médico. En caso de cronicidad, si no se consigue el aclaramiento tras el descenso de medicación inmunosupresora, la ribavirina y el interferón pegilado se consideran los fármacos de elección. Como herramientas preventivas se recomienda una correcta higiene para evitar la transmisión así como abstenerse de comer carne cruda/poco cocinada de cerdos y similares.
Keywords: infección por el virus de la hepatitis E, Hepatitis E, Hepatitis virales.
Hepatitis E virus infection causes significant morbidity and mortality in patients at risk. It is the most frequent acute hepatitis in some countries, with an increasing incidence; above all, in various geographical points of Europe. Genotypes 1-2 usually present in the form of acute epidemic or endemic hepatitis related to major catastrophes and cases of fulminant hepatitis in pregnant women. Genotypes 3-4 are responsible for sporadic acute hepatitis and are at risk of becoming chronic in immunosuppressed patients. Most of the time they are asymptomatic, and there is a risk of severe acute hepatitis in pregnant women, acute-on-chronic failure in patients with baseline liver disease, and chronicity in immunosuppressed patients. HEV is characterized by a series of extrahepatic manifestations, including neurological ones (bilateral neuralgic amyotrophy and Guillain Barré syndrome) and renal ones. Diagnosis is based on molecular techniques in blood or feces. Persistence of viremia for at least 3 months defines the infection as chronic. Most cases of acute hepatitis E do not require specific treatment, although it is true that in cases of severe acute hepatitis or chronic hepatitis, medical treatment is chosen. In the case of chronicity, if clearance is not achieved after decreasing the immunosuppressive medication, ribavirin and pegylated interferon are considered the drugs of choice. As preventive tools, proper hygiene is recommended to avoid transmission, as well as refraining from eating raw/undercooked meat from pigs and the like.
Keywords: Hepatitis E infection, Hepatitis E, viral hepatitis.
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