Introducción
Los quistes hepáticos simples son formaciones quísticas que no comunicadas con la vía biliar originadas durante el desarrollo embrionario[1]. Habitualmente son benignos y asintomáticos, aunque pueden complicarse.
Se presenta el caso de una mujer de 76 años con antecedente reciente de neumonía que presenta ictericia indolora de varios días de evolución con coluria y acolia. Analíticamente, bilirrubina total 6,76 mg/dl (directa 2,77 mg/dl), con elevación de transaminasas y enzimas de colestasis. Ecografía y tomografía computarizada abdominal (Figuras 1-2), con hallazgo de varias lesiones quísticas, la mayor de 14 cm de diámetro, que provoca compresión y dilatación de la vía biliar. Contenido ecogénico, que en resonancia magnética parece en relación con sangrado o sobreinfección (Figura 3). Se realiza punción percutánea guiada por tomografía computarizada y drenaje del quiste colocando catéter pigtail de 8,5 Fr. Durante el drenaje se obtiene material purulento en el que se aísla Klebsiella pneumoniae productora de BLEE. Se completa tratamiento con antibioterapia intravenosa. Buena evolución clínica, con mejoría analítica y ecografía abdominal posterior, sin datos de infección.
Los quistes hepáticos simples son benignos y más frecuentes en el lóbulo hepático derecho y en mujeres[1]. Su diagnóstico suele ser accidental[1]. Habitualmente son asintomáticos, aunque los de mayor tamaño pueden complicarse con hemorragia espontánea, infección, ruptura hacia peritoneo o vía biliar, torsión y compresión biliar[1],[2]. En el caso presentado coexisten la ictericia obstructiva y la infección. Ambas son complicaciones raras[1],[3]. Klebsiella es el microorganismo más frecuentemente aislado en los infectados[2]. El tratamiento de los quistes se plantea únicamente si están complicados o son sintomáticos[1]. La punción del contenido suele acompañarse de recidiva, por lo que tras el drenaje se inyectan agentes esclerosantes[1]. La cirugía se reserva para el fracaso del tratamiento conservador[1],[3].